El cine es un arte, el séptimo arte lo llaman, pero es mucho mas que un conjunto de conocimientos e ideas artísticas, es el mundo paralelo y artificial que a los humanos nos gustaría plasmar en el mundo real.
Cada país, por citar la división culturalmente cinematográfica mas clara que se puede comprobar, tiene una forma de entender esta impostura del ser humano en su vida, este deseo por convertirse en otro que no existe. Los métodos para conseguirlo, las formas, las imágenes, la música, los diálogos,… todo es distinto en un cine libre de globalización, es decir, ideal.
España es un país indefinido en la cultura cinematográfica. Al menos ahora sí. Hace unos años, una película española desataba los deseos mas ardientes de las calenturientas mentes de los directores de aquí, relatando los sueños e ilusiones de
Actualmente, se intenta imitar el estereotipo de cine americano dolariense, el que da taquillas, el que no vale un pimiento y solo se preocupa de procurar que la película sea la primera de una saga donde la primera y la segunda sobran porque todo se cuenta en la tercera, pero con las que se obtienen pingües beneficios. El cine español de hoy es un mono, es un mal payaso acabado que copia los chistes del monologuista americano de moda. Esto solo hace posible que la relación entre la fábrica y el cliente sea la mas débil y fría desde que se inventara dicho arte como tal y como negocio.
Lógicamente, cuando una pareja simbiótica de necesidad dudable unilateralmente no funciona, el problema lo tienen los dos, los componentes de la pareja. No obstante, el cine español del año 2007 se empeña en culpar de sus agravios al espectador, acusándolo de elegir las películas foráneas al producto bruto nacional. Para ello, la solución es la de exigir a las salas multicines la reserva de un porcentaje mínimo de salas para el cine hispano, desechando así el resto de películas y obligando casi, a que las demás salas solo se dediquen a las grandes superproducciones monetarias y épicas, que lapidan cada día mas al exquisito cine de autor. Humilde, natural, fresco,… y en poco tiempo, muerto.
Ya tartamudea Resines de euforía, ya se le erizan los pezones a