sábado, 3 de mayo de 2008

Te estoy mintiendo

Voy a contarte una trola, una mentira, y no pienses que se me ha ido la bola sino mas bien que pongo en tus manos mi vida.

Donde dije digo, ahora digo nada. Siempre ando buscando un hechizo, siempre creyendo en la magia de las hadas.

Cuando dije “oye”, en realidad quise decir, “mira”. No me leas lo que cuento, cuéntame lo que leo.

Ni contigo ni sin ti… ni en tu ausencia ni al vivir, que son antónimos. Yo prefiero no citarme, aun siendo causante de un texto anónimo, por eso de no enamorarme, que nos vamos conociendo y el que avisa no es traidor, pues el tiempo va tan corriendo que es imposible hablar de amor.

Quise hacer una poesía, pero no estaba inspirado, por eso no me he matado en pensar parábolas ni alegorías. Solo unas palabras escapan de mi, ni se de donde, pero si se que son debidas a ti y no pretenden ser las que se esconden.

Se que la culpa es mía, nunca debí ilusionarme, mas la simple idea de verte besarme, me lía; me asfixia, me propone, me pospone, me acaricia; me hace soñar, me hace temblar, me dice donde, como y cuando… en tus labios, con un beso, como dos niños jugando.


Y ahora voy a decirte la verdad.


Voy a contarte una trola, una mentira, y no pienses que se me ha ido la bola sino mas bien que pongo en tus manos mi vida.

Donde dije digo, ahora digo nada. Siempre ando buscando un hechizo, siempre creyendo en la magia de las hadas.

Cuando dije “oye”, en realidad quise decir, “mira”. No me leas lo que cuento, cuéntame lo que leo.

Ni contigo ni sin ti… ni en tu ausencia ni al vivir, que son antónimos. Yo prefiero no citarme, aun siendo causante de un texto anónimo, por eso de no enamorarme, que nos vamos conociendo y el que avisa no es traidor, pues el tiempo va tan corriendo que es imposible hablar de amor.

Quise hacer una poesía, pero no estaba inspirado, por eso no me he matado en pensar parábolas ni alegorías. Solo unas palabras escapan de mi, ni se de donde, pero si se que son debidas a ti y no pretenden ser las que se esconden.

Se que la culpa es mía, nunca debí ilusionarme, mas la simple idea de verte besarme, me lía; me asfixia, me propone, me pospone, me acaricia; me hace soñar, me hace temblar, me dice donde, como y cuando… en tus labios, con un beso, como dos niños jugando.