Cantares que son sentires, sentires que son puñales, ninguna rosa sin espinas, todas con clavos en el tallo. Y no aprendo, siempre veo la flor, colorida, aromática, y la cojo, sin pensarlo, y me clavo sus espinas hasta el fondo.
En la flor de esta noche, una espina gorda por un sentir negativo. De la calle vendrán y de tu casa te echarán, o lo que es lo mismo, el olor a alejamiento, a marcha, de un tipo de adiós lento y doloroso. Un robo a mano armada con armas que nadie mas puede controlar y que entontece al mas listo de los pecadores, que envilece al mas noble de los guerreros y que saca la espada del rey Arturo de la piedra si es preciso. Otro viejo dicho, pero ya está bien por esta espina.
La flor más bella, camina sin cuidado, acera abajo y yo cuesta arriba porque solo me impongo la pendiente. Al principio solo fue margarita, luego geranio y, por último, un clavel hermoso, un tulipán con raíces profundas en la tierra. Una espina que lleva años arañándome la piel pero que nunca se clavó, ahora empieza a abrirse paso entre la dermis y la epidermis, entre mi espalda y esa pared, entre el alma y el cuerpo. El plan es claro, no tengo plan, solo su nombre, su casa y su imagen… y mucha indiferencia porque, aunque el girasol sea feo por fuera y cuando quiere pasa del sol, tiene unas pipas muy sabrosas en su interior. Y eso que las pipas son adictivas…
Y es que la vida, el destino, Dios,… quién coño sea, es cruel y me está puteando. ¿Por qué ha tenido que pasar esto segundo hoy? Con lo bien que yo estaba con la única ilusión de ser humano y dormir, con lo bien que yo estaba con su canción recién acabada pensando en que solo es un cuento inventado por mí. Y aun sigo pensándolo, pero es que cuando me siento en esta mesa y Nicanor me sirve otro whisky solo, con dos peces de hielo, solo hago recordar lo que no debo. Menuda gilipollez, menudo idiota estoy hecho por usar mi imaginación y mi memoria en estos menesteres, con lo bien que se debe vivir siendo tonto.
O lo bien que se debe vivir con la flor en el culo, con los regalos de los dioses, con la sensación de vacío, pero relleno de todo aquello que importa. Al final el vacío es otro cuento mas que solo nos lo creemos los que vamos por la vida de listos sin ver como es la realidad, o siendo tan listos que falseamos la vida a favor de una alegría fingida. Y yo ya he llegado a consolarme con el “al menos estoy vivo” y con pensar en lo bello que son los árboles, en los pájaros, en todo lo que me rodea, en como sería mi vida sin mi, y al final me consuelo porque quiero, porque el mundo siempre puede ser peor (aunque a veces le recuerdo a la vida que podría se mucho mejor).
Tres cosas hay en la vida, que son: salud, dinero y amor. Lo primero es lo que me mantiene vivo para seguir viéndolo todo negativo. Lo segundo y la manera de obtenerlo es un continuo tormento que me hace sentir el fracaso en los labios de cada instante. Lo tercero… solo me hace falta ella.