lunes, 5 de noviembre de 2007

Últimamente...

Últimamente ando algo cansado de ver como mi reloj no se queda sin pilas, cansado de ver como el tiempo va envejeciendo un rostro que debería ser joven pero que se va ajando con cada mirada que echo a mi alrededor.

Últimamente mis nervios me estremecen en cada sueño haciendo que me despierte mil y una veces en mil y una noches, haciendo que cada bocado solo desee ser el anterior al siguiente y que el siguiente sea el último para irme a no hacer nada.

Últimamente rezo, le pido a Dios o a quién quiera que sea el que nos observa desde algún lado del cielo que marca la creencia popular que mi vida cambie, que me conserve la salud y la de los míos, pero que mi vida cambie radicalmente, que sepulte en mi alma a quienes me llamaron “amigo” algún día y que un rostro fresco e iluminado me sirva en bandeja un corazón lleno de emociones.

Últimamente me siento sucio con las tareas mas dignas, me siento culpable redactando este tratado de inocencia. No se que hacer ni que decir para coger un poco de aire que me ayude a seguir adelante, solo pequeñas ilusiones que solo hacen transformarme en un ser materialista y asquerosamente cubierto de pequeñas riquezas banales que no sirven mas que para seguir alimentando la batería de la pila de mi reloj. Seguramente la sonrisa que acabo de esbozar solo sea pensando en esas cosas.

Últimamente me ahogo, me asfixio, me siento preso de una claustrofobia aplastante, pero también tengo miedo a abrir la puerta del sótano y que la luz del sol me ciegue tanto que no sea capaz de ver realmente lo que hay ahí fuera.

Últimamente me animo yo solo, “vamos dile algo, mándale un mensaje, un email si acaso”, pero la parte de mi que me anima necesita mas ánimos que la otra, por lo que últimamente cierro los ojos y me echo a dormir soñando, cuando puedo, con mis cosas banales.

Últimamente envidio a todo el mundo, aun sabiendo que lo están pasando peor que yo.

Últimamente siento rabia al ver tus fotos, y miedo al verte a ti. De un tiempo a esta parte ha cambiado mi forma de verte. Ya no me obsesiono por ti, ya no te miro con los ojos que se mira a una persona que fue tanto en mi corazón, que por mucha terapia de olvido que intente, nunca sales de mi interior. Últimamente no te quiero, sino que te odio.

Últimamente y siempre, tengo los pies en el suelo y se quién merece lo mejor de mi y quién lo peor de mi, y se demuestra en cada día, en cada palabra, se demuestra cuando estoy feliz, cuando estoy triste, cuando estoy aburrido, cuando estoy preocupado, ilusionado, desilusionado, hipocondríaco,…

Y es que últimamente ni siquiera se quién soy.