lunes, 28 de julio de 2008

Undécima carta: al borde de tu abismo.

Hoy no tengo ganas de hablar, ni de escribir, ni de cantar, ni de comer, ni de dormir. Hoy no tengo ganas de vivir en tu mundo, o en el mío adaptado al tuyo, que es el que últimamente me ocupa. Hoy me encuentro, por primera vez, al borde de tu abismo.

Es la primera vez que me freno en seco y miro atrás, hacia el corto camino que he recorrido. He mirado mis huellas y no me gustan, me veo las pisadas un poco raras, aunque las reconozco perfectamente porque las he visto antes persiguiéndome. En el camino veo un reguero de migajas de ilusión, puestas uniformemente y dejadas con mucho cariño. Veo, algo lejos, una piedra donde recuerdo que descansé, junto a una fuente de agua limpia y cristalina en la que me refresqué durante toda una noche. Recuerdo que al día siguiente todo eran fuerzas y ganas de seguir adelante, pero poco a poco vuelve a ir entrando sed.

Ahora me encuentro sediento, seco. Unos metros atrás había una fuente pero estaba vacía. Junto a ella otra mas, pero dentro vivía una serpiente muy venenosa, por lo que no me arriesgué. No compensa beber agua para vivir si a cambio te inyectan un veneno mortífero que hace posible que el cuerpo y el alma se autodestruyan… no conviene.

El camino transcurre paralelo a tu abismo, a la derecha, y a un jardín florido, a la izquierda. Me gustaría vivir en el jardín, pero poco a poco el camino va inclinándose hacia el lado derecho haciendo que el caminar se tambalee de una manera sucia y peligrosa. Cuando tienes fuerzas, se camina hacia delante. Cuando uno no tiene fuerzas, va acercándose cada vez mas al abismo, a tu abismo.

Si no cuidas mi camino, el próximo paso puede llevarme al fondo de tu abismo.

lunes, 21 de julio de 2008

Décima carta: en mi despertar.

Esta mañana tuve una revelación. No se ni cómo ni porqué, pero lo primero que pensé al despertarme (después de ver que tenía la mano dormida) fue en ti. Era una sensación extraña porque me agradó la idea de tener en mi mente tu rostro en los primeros compases del día, pero luego me acordé en la profunda tensión y nerviosismo que me proporcionas. Imagina como he pasado el resto del día.

No había movido ni un dedo de alguno de mis dos pies, cuando ya te había hecho ver que nada mas despertar me había acordado de ti.

Esta tarde escuché una frase que me impactó, y que vino al cuento en todos sus sentidos: “Cada vez que me despierto, pienso en ti. Esto significa una de las dos cosas siguientes: o me correspondes y me siento el mas afortunado del mundo por tener esa maravillosa sensación, o pasas de mi y entonces, querida amiga, estoy bastante jodido”.

Entendí perfectamente a quién lo dijo y sentí un escalofrío al verme mas jodido que maravillado. Luego la defensa activa de mi mente inició un escudo de energía verde que protegió mi mundo de los disparos paranoicos que procedían del interior.

Con esto solo quería expresarte como me he sentido hoy, como me he sentido en un día en el que he bebido de tu ausencia mas absoluta, de tu invisibilidad, de tu desaparición del mundo en el que habito. Con esto solo quiero cantarle a una pared, rezarle a un pagano y pedirle al sol que meta el agua en la nevera para que se enfríe. Quizás me esté volviendo loco de tanto pensar… un loco racional en la cola de irracionalidades, mientras la funcionaria de la ventanilla se lima las uñas, toma un café y le cuenta a su amiga por teléfono como se ligó anoche a su vecino del cuarto.

En fin, que me lío y no acabo. A ver si me despiertas con un poco mas de cariño cada mañana porque hoy ha sido un shock bastante gordo. A ver si me despiertas de esta pesadilla en la que vivo, a ver si al abrir los ojos te veo dormir. A ver si dejo de decir tonterías de una vez.

lunes, 14 de julio de 2008

Mi mejor colegio

Nunca fue Mundo Nuevo. Ni mucho menos el Asta Regia. Ni pensar en la Escuela de Ingeniería de Cádiz ni la de Sevilla, válgame dios. Mi mejor colegio lo forman días como el de hoy.

Siempre he sido buen estudiante, me ha gustado mucho estudiar y aprender, aunque me costaba mucho debido a mi personalidad tan pasiva. Sin embargo, al final, terminaba asimilando los conceptos básicos, los problemas aplicados y todo lo que se ponía por delante.

El día de hoy ha sido duro, pero ha tenido asignaturas importantes:

- Amistad. A diferentes niveles. Se demuestra amistad en los casos en los que, cuando peor te ves, una mano se tiende delante tuya. Un simple mensaje de atención, de interés, es señal de amistad, es señal de comprender que una persona que te importa lo mas mínimo puede estar pasando por un apuro.

¿Y qué decir de esa alma que siempre está ahí? No hace falta llamarla, no hay que buscarla, esa persona te encuentra. Y mira que cuando lo vi, la primera intención fue la de preguntarle “¿cómo estás?, me alegro de volver a verte fuera del hospital”, pero el habló mas fuerte y me dijo “espera, que te ayudo”.

De los demás poco tengo que decir.

- Hay personas a las que me gustaría ver mas a menudo y en otras circunstancias. Llámame loco, pero hay veces en los que se olvida quien soy yo y quien eres tu, y me entran ganas de saltar al vacío. Algún día lo conseguiré.

Y por otro lado… esperaba un poco mas de comprensión, pero es lo que hay y a joderse toca. Algún día podría ganarme tu cariño.

- Conexión. Esto parece una obra divina, pero justo cuando menos conexión parecía tener con mi entorno, cuando mas pasaba del resto de mi mundo, sucede algo que une, que apega, que me baja de la nube para recordarme porqué estoy aquí y porqué no puedo separarme de mis raíces. Sabia naturaleza.

Este examen solo sabe fortalecerme, pues matarme no me ha matado. La fuerza, espero, no se me irá por la boca.

sábado, 12 de julio de 2008

Novena carta: novena puerta.

Hoy, sinceramente, es un día frío. Es un día formado de varios días, pero todos fríos.

Me acosté en la cama pensando en el infierno que es vivir así. Cuando se me antojó apetecible, decidí salir a dar un paseo al cielo, a buscarte y darte candela. No se tu, pero yo tenía un calor agobiante. Te miré, me miraste, saltaron chispas apagadas.

El mundo de la chispa es apasionante. Para que se produzca una pequeña llama, las dos chispas que chocan deben ser del mismo color, es decir, no vale que una sea blanca y la otra negra porque solo producen humo, humo hipócrita, humo desleal, un humo de sonrisas forzadas por delante, y lágrimas por detrás.

Hablamos de abrazos, de corazones, de por vida,…, gracias, de nada, hasta luego,… pienso en ti.

No era un buen momento ni un buen día para hacer arder el cielo porque las nubes que pasaban por allí cargaban gotas de lágrimas para llorar sobre el mundo. Últimamente hacía buen tiempo pero hoy, precisamente hoy, tocaba llover.

Lo malo de la lluvia es que te mojas. Lo malo de mojarte es que te calas. Lo malo de calarse es que te llega hasta el fondo. Por eso busqué cobijo, primero en ti y luego contigo, pero al llamar no contestó nadie y tuve que mojarme bajo el quicio de la puerta, cerrada, tabicada, aunque insistas en convencerme de que me dejas una rendija abierta por si las moscas.

Gracias a dios, hace sol ahí afuera y se evaporan pronto las lágrimas. Menos mal que la antorcha no se ha apagado aun y puedo volver al infierno con la cabeza bien alta, pero te juro que un día, el más o el menos pensado, le meto fuego al cielo y nos quemamos tu y yo en el infierno mas celestial, aunque me pegue ocho veces con una puerta cerrada y consiga al fin entrar a tu corazón cruzando la novena puerta.

viernes, 4 de julio de 2008

Octava carta: a la octava maravilla

Ni vacío ni cuevas ni nada por el estilo. Ya veo el sol, lo que pasa es que alumbra demasiado para mi gusto, me provoca una ceguera muy extraña en la que veo cosas. Esas cosas duelen.

Estuve unas horas soñando que me sentaba contigo, que charlábamos, que nos reíamos. Soñé que te caí bien, que me gustabas, que te gustaba. Estuve soñando con tocar tu piel y tu pelo sedoso. Estuve soñando…

Dormir no es soñar. Soñar no es vivir. Vivir es duro de esta manera.

Cuando caí de nuevo dormido, tuve una pesadilla. Ya sabía yo que podía tenerlas, la estaba esperando, pero era tan real que me dolía demasiado. Primero soñé que te llamaba y que todo era diferente. Luego soñé que te despedías de mi risueña, como si disfrutaras diciéndome adiós. Al final, tuve que exiliarme de mi país, tuve que cruzar unas fronteras que ya había cruzado otras veces. Todo esto es por mi bien… consuelo de tontos, o de listos, quién sabe.

El día mas largo de la historia escribía sus líneas con tinta de desesperación sobre una hoja de ocupaciones mas forzadas que deseadas. No voy a decir que no me sirvieran, me sirvieron y mucho, pero al final se queda esa cara de tonto, la cara del último en enterarse de todo, la cara del que sale del cine sin entender el argumento del Sexto Sentido. Como estar jugándose una final de un mundial en los penaltis y dar la espalda al campo para no verlo… es absurdo.

Seguro que hoy has sido feliz, provocando mi desgracia mas profunda. Ayer te quise, hoy te odio, mañana deseo quererte desde la distancia. Solo tu pordiosero destino te contará el final de esta historia.

Y encima me haces escribirte una carta con un título que nada tiene que ver con lo demás.