Ni vacío ni cuevas ni nada por el estilo. Ya veo el sol, lo que pasa es que alumbra demasiado para mi gusto, me provoca una ceguera muy extraña en la que veo cosas. Esas cosas duelen.
Estuve unas horas soñando que me sentaba contigo, que charlábamos, que nos reíamos. Soñé que te caí bien, que me gustabas, que te gustaba. Estuve soñando con tocar tu piel y tu pelo sedoso. Estuve soñando…
Dormir no es soñar. Soñar no es vivir. Vivir es duro de esta manera.
Cuando caí de nuevo dormido, tuve una pesadilla. Ya sabía yo que podía tenerlas, la estaba esperando, pero era tan real que me dolía demasiado. Primero soñé que te llamaba y que todo era diferente. Luego soñé que te despedías de mi risueña, como si disfrutaras diciéndome adiós. Al final, tuve que exiliarme de mi país, tuve que cruzar unas fronteras que ya había cruzado otras veces. Todo esto es por mi bien… consuelo de tontos, o de listos, quién sabe.
El día mas largo de la historia escribía sus líneas con tinta de desesperación sobre una hoja de ocupaciones mas forzadas que deseadas. No voy a decir que no me sirvieran, me sirvieron y mucho, pero al final se queda esa cara de tonto, la cara del último en enterarse de todo, la cara del que sale del cine sin entender el argumento del Sexto Sentido. Como estar jugándose una final de un mundial en los penaltis y dar la espalda al campo para no verlo… es absurdo.
Seguro que hoy has sido feliz, provocando mi desgracia mas profunda. Ayer te quise, hoy te odio, mañana deseo quererte desde la distancia. Solo tu pordiosero destino te contará el final de esta historia.
Y encima me haces escribirte una carta con un título que nada tiene que ver con lo demás.
1 comentario:
"El día mas largo de la historia escribía sus líneas con tinta de desesperación sobre una hoja de ocupaciones mas forzadas que deseadas."
Menos mal que al final te animaste... sí señor... esta me gusta más que la anterior.
Un besote
Nita
Publicar un comentario