sábado, 6 de diciembre de 2008

COMUNICADO OFICIAL




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sábado, 11 de octubre de 2008

Clasificados.

Hay anuncios que necesitan, que requieren, ¡¡que piden a gritos!! un mensaje sutil y claro, aunque eso suponga pagar un par de palabritas mas…

“Corralón EL PROGRESO.
El mejor polvo de ladrillos para canchas de tenis.
Consulte, pida referencias .. no se va arrepentir.
Cubrimos todo el pais.”


Quizás, el anuncio que quisieron haber puesto es este otro:

“Corralón EL PROGRESO.
El mejor polvo de ladrillos para canchas de tenis.
Consulte, pida referencias ... o se va arrepentir…cubriremos todo el pais.”


La importancia de la calidad de expresión en una persona es enorme. Tengas el nivel que tengas, si quieres publicar un anuncio debes tener en cuenta que, al menos, lo entienda aquel consumidor potencial que pudiera estar interesado.

ME DAS CLASES DE INGLES?
Kiero aprender a ablar ingles ke no sea mu caro te dare 7€ por horas y tu eliges las horas y los dias de la semana ok? pero kiero llegar a ablarlo nada de gramatica del insty ni na de eso... gracias mas info tlf plis KE SEA POR LA ZONA DE CALA RATJADA OH ARTA yo ire a tu keli...
Alexandra – 663…….


Querida Alex (me tomo la confianza, disculpa), yo te ofrezco clases de Inglés a cambio de que las 100 primeras sesiones sean de perfeccionamiento (detallar mas que nada) del castellano. Afianzaremos conceptos de castellano escrito. El oral… para cuando acabemos la clase.


Otro campo en el que es muy importante la buena expresión a la hora de publicar algo que puede ser receptado por miles de lectores es la prensa escrita, ya sea seria, deportiva, amarilla,…Veamos un ejemplo de cada uno:

Prensa seria.

“El fallecido, un hombre de 53 años de edad, se encontraba paseando a su perro cuando, según todos los indicios y a falta de un informe forense, murió por causas laborales.”

La cosa está muy mal, está horrible. La crisis nos invade el bolsillo, pero de ahí a considerar trabajo salir a pasear tu propio perro… Y no vale decir eso de que te pagas un sueldo… en carne… mas incentivos y pagas extras.

Prensa local.

Diario de Mallorca.

“La autopsia confirma al 100% la muerte de la joven Steffi”

Pobrecita, aun le quedaba una esperanza…

Prensa amarilla o sensacionalista.

“La SER denuncia que el nieto de la hermana de la madre del suegro de Zaplana tiene un restaurante.”

Y el ex novio de mi ex novia es hermano de la prima de la hermana de mi ex novia, y nadie los denuncia por buscar hijos “chinitos”.


Prensa deportiva.

“¡¡FRACTURADO!!
Lagos tendrá que aguantar las ganas de jugar en una liga que parece ir en ascenso. Una fractura en el dedo izquierdo del pie pequeño le impide hacerlo.”


Es que el pie pequeño es siempre mas frágil que el grande.

Revistas culinarias.

“Plato de hoy: Anchoas con salmonela”

¡Rico, rico!

En definitiva, lo que debemos hacer es mostrar un mensaje claro y conciso que muestre el producto que queremos ofertar o queremos adquirir.
No es válido poner anuncios como “ATREVETE, CRISTINA, 21 años, 120 pechos”. Lo importante es dejar las cosas claras: “IMPAGO DE ALQUILERES: Arrendadores inquilinos garantizan el impago mensual del alquiler de su vivienda. Llámenos de lunes a viernes, de 9h a 14h.”

viernes, 26 de septiembre de 2008

¿Quién quiere una oportunidad?

Podemos citar a Newton con una variación personalizada de su Tercera Ley (Por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, éste realiza una fuerza igual pero de sentido opuesto sobre el cuerpo que la produjo.), diciendo que cada acto que cometemos o realizamos en nuestra vida, tiene unas consecuencias. En nuestra lista de objetivos, se refleja la necesidad de conseguir la bondad, el mejor final para dichas consecuencias, pero no siempre es así…

Es mas, casi siempre suelen ser malas consecuencias o, mejor dicho, no buena para todos. Una de las consecuencias de una mala consecuencia (valga por cojones la redundancia), es el arrepentimiento y, por ende, la solicitación del perdón y las segundas oportunidades.

Todo el mundo merece una oportunidad, siempre, a priori. Pero no todo el mundo merece una segunda oportunidad, aunque por tontos o por buenos, deberíamos concedérsela. La diferencia entre la primera y la segunda oportunidad, es que la primera se regala con todo el alma y la segunda se cobra muy cara, no conduciendo a esa entrega total primeriza.

La conclusión es sencilla, a modo de moraleja simple y fácil de entender para todo el mundo: no la cagues y no tendrás que pedir una segunda oportunidad. Y si la pides, cuídala como si fuera tu vida, que luego puedes verte muy solo y lleno de kilos de mierda en la superficie del córtex cerebral.

Existen un par de personas que caminan tangentes a la curva de mi vida a las que me gustaría dar una segunda oportunidad, de corazón, pero que dudo sepan ganarse ese privilegio.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Naricita

Derramaba su sangre el reloj en mitad de la madrugada.

Nadie parecía tener sueño, la calle se llenaba de una lluvia muy fina, vaporosa, húmeda, que no hacía mas que materializar en nuestras cabezas lo que un oscurísimo y siniestro cielo estrellado premeditaba.

En mitad de la calle, el corazón de un papel hecho trizas empapándose de la tristeza y del dolor tan profundo que provoca el sentirse vacío de aquello que la gente llama coloquialmente “cojones”. El viento dispersaba los hermanos trozos que componían unos papiros modernos de tamaño A4, convenientemente plegados para reducir su tamaño. En ellos, se adivinaban unas manchas azules, probablemente de tinta, quizás del cielo de la ilusión que nació en el fondo de su alma, pero ya carentes de cualquier tipo de sentido.

Varios minutos antes, esas manchas de tinta formaban unas palabras. Éstas decían:

La mayoría de la gente piensa que se necesitan años para poder llegar a conocer a una persona. Yo no tengo la suerte de haber vivido tanto tiempo, pero creo que la primera mirada fue lo suficiente larga como para pensar que duró décadas.

Hace mucho tiempo pude ver como una pequeña chiquilla desfilaba ante mis ojos sin el menor atisbo de interesarse por el clima que hacía a mi alrededor. Ya entonces pasé velando varias noches rezando a la virgen, implorando el perdón de los dioses ante la crueldad de la que me lamentaba. No se necesitó demasiado para hacerme feliz y para estremecerme de tensión y emoción. Solo fue necesario un comentario banal y asqueroso sobre las condiciones térmicas de la casa del creador.

Te busqué y rebusqué entre los escombros de toda la gente que sobraba en nuestro mundo. Hubo muchos encuentros silenciosos, sonrientes y pegadizos al ritmo de un vals que yo no escuchaba y tu temías tener ganas de bailar. Siempre me fijé en tus pecas y en tu naricita chivata, quisquillosa, contando secretos inolvidables de una juventud que rebosaba dulzura e inocencia.

Lo peor de todo fue cuando llegó el momento de entrever que la vida no pone las cosas fáciles, por muy vida que sea. Los obstáculos son su profesión y su hobby (maldita perra), y por eso disfruta y goza haciendo que soñemos una y otra vez con esa persecución en la que nos quieren romper la cara a puñetazos y en el que nuestras piernas se mueven a la velocidad del rayo, pero no consiguen hacernos correr todo lo rápido que quisiéramos. El final es conocido: todo se convierte en una pesadilla. El levante sabrá acariciar con sus labios lo que yo solo pude rozar con mis pupilas.

Ahora bien, querida desconocida a la que conozco desde siempre, puedes correr hacia allí o frenarte y escuchar mis consejos. Corre mejor hacia ese otro lado, yo te acompañaré siempre cogidos de la mano. Dime que sí, por favor. Te espero en el centro mañana a las 17 junto a la estatua que tu sabes, pediré ayuda a un helado de turrón para convencerte.


Mientras se alejaba, iba viendo como aquel maravilloso ser vestido de jirones dorados y verdes (quizá emulando a la madre naturaleza) y de mirada brillante se perdía en la oscuridad mas absoluta. Nadie sabe cuanto tiempo pasará hasta que vuelva a aparecérsele ese ser divino.

Aquello, pensó, debía tocar el corazón de aquella chiquilla. Lo hubiese tocado, quizás, si alguna vez lo hubiese escrito.

lunes, 1 de septiembre de 2008

¡¡Se acabó!!... ¡¡sí!!

1 de septiembre… oficiosamente ha acabado el verano.

Los niños se esconden, los mayores sienten como su corazón vuelve a latir de estrés, las altas temperaturas empiezan a notar como sus escudos de defensa empiezan a perder energía (aunque aun tienen mucho que decir),… porque el verano ha acabado.
Además, el fresquito permite correr a cualquier hora sin morir en el intento ;-)
Bueno, vale, ya se que aun no ha acabado, pero por eso digo lo de oficiosamente, aunque no existe mas oficialidad que aquella que los niños imponen. El verano habrá muerto el día en el que no haya niños jugando en las calles a las diez de la noche, habrá pasado a mejor vida cuando estar fuera de casa sea un mero trámite para salir o entrar en ella.

25 años he tardado en desear la muerte de alguien, y me alegro de que esa persona se llame “Verano”. Con el miedo de la asquerosa, relajada e íntima reclusión, aunque con la esperanza de un tiempo venidero mejor, abro los brazos a un otoño que me querrá llenar de hojas tristes, pero no tanto como la pegajosa calor emocional que ha derretido el verano de mi cordura en esta iluminada pero lúgubre estación.

domingo, 31 de agosto de 2008

A mi querido amigo...

No estoy de acuerdo para nada con eso de que “si bueno y breve, dos veces bueno”. ¿Por qué lo bueno debe ser breve? No entiendo porqué debemos quedarnos con el sabor en la boca, deseando tener mas. Yo estoy de acuerdo con que lo bueno debe durar, y a ser posible toda una vida (aunque ésta, ya de por si, es breve). Por eso, hoy, quiero recordar al miembro mas viejo de mi familia: el Opel Kadett.

Aunque no se sabe muy bien cuando nació, sí se conoce una aproximación de la fecha de su puesta en marcha en el mundo actual. Sucedió hace unos 21 años cuando cayó en las manos de una mujer con quién que convivió durante 8 años. Hace 13 años, entró a formar parte de nuestra familia haciendo bueno el refrán de que “no hay bien que por mal no venga”. El antiguo transporte privado de la entidad familiar, un Renault 12 de color verde oscuro, quedó herido de muerte tras un extraño incendio, presuntamente provocado a uno de los coches que dormía a su lado en el aparcamiento de la barriada. Inútil para la conducción, pero objeto de valor para la enseñanza mecánica y la sustitución de piezas, aportó unos ingresos suficientes para poder comenzar a soñar con un nuevo vehículo. Así llegó nuestro querido “Panzer”.

La comparativa con el anterior elemento era brutal. Un coche moderno, con ventilación artificial (conductos de aire no acondicionado), dirección asistida por cremallera (un auténtico lujo en movimiento, un calvario detenido), 5 marchas que llevaban al coche a alcanzar 130 kms/h!!!!... una auténtica locura. El coche era portentoso, un auténtico señor por ciudad y un rebelde en la autovía, rompiendo el viento con su dura carcasa metálica (si el aire fuera de hormigón, creo que también lo cortaría). Los coches de hoy no son como los de antes, y este Kadett así lo demuestra.

13 años de idas y venidas al colegio, al trabajo, a Sevilla, a Cádiz, al Puerto de Santa María, … a mil sitios a donde pasarlo bien. En uno de esos viajes, sufrió daños traseros por los efectos ajenos del alcohol (el otro coche se arrugó como un acordeón mientras mi adorado “Panzer” solo se quejó de la puerta del maletero). Otro día fue una excursión por un campo de melones, otro un golpe con una columna,… pero ahí sigue el tío, dando el callo.

Remendado a mas no poder, solo conserva la mitad de las piezas originales, se le rompió el volante, se le despegó el techo, se le rompieron los faros, se le pincharon las ruedas, se rajaron los asientos, se apulgaró la chapa perdiendo su blanco inmaculado,… pero la esencia, el alma de nuestro coche, sigue en pie, aguardando paciente a su conductor, caminando pesada y lentamente por las calles de Jerez .

Desde aquí, recibe un saludo de quién aprendió a conducir contigo y de quién espera tenerte siempre, a pesar de andar con las comodidades típicas de las personas con coches del siglo XXI.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Duodécima carta: Se acabó...¿no?

Si es que alguna vez tuvo que empezar. Pero bueno, lo que sí que creo es que se acabó la campaña que comencé hace algún tiempo para intentar convencerte de que merezco la pena. Se ve que tu no quieres darte cuenta, porque yo tengo claro que merezco la pena.

Esta duodécima carta no pretende ser una unidad metafórica mas, no pretende entrar en juego en el pelotón de las demás cartas que van dando rodeos e intentando engañar a la brújula, sino que sigue, simplemente, la dirección de las señales.

Vamos a ser sinceros. Vendo cara mi amistad, pero barato mi corazón. Lo primero se debe al exceso de experiencias, de lo segundo tiene culpa todo lo contrario. ¿Qué quieres que te diga?... mi corazón te lo he regalado, mi amistad no creo que seas capaz de pagarla. Para empezar, ya las has cagado como amiga.

Y bueno, aquí me tienes, tomando una decisión no definitiva, pero tajante. Y muy convencido de haberla tomado. “El mejor de los pecados: el haberte conocido”, de eso estoy seguro, y no me arrepiento, no me carga la conciencia. Y vamos al grano: después de muchas charlas y consejos, decidí que el número “3” era una cifra muy adecuada para un cúmulo de oportunidades que darte. Ya ves que chulo soy, yo detrás tuya y me permito el lujo de poner condiciones… ¿a qué molo?

La primera fue un golpe chocante. No está bien quedar con dos personas a la misma hora del mismo día, y elegir al que mas tardó en citarte. La segunda fue previsible. Una hora no es bastante. La tercera fue definitiva. Porque eres peor que el SAS, que hay que coger cita con mucha antelación. Y luego hay un fallo en tu sistema y borras las citas porque te sale de… dentro.

Ahora has desaparecido de una manera extraña, te habrá tragado algún agujero negro provocado por una estrella fugaz desviada. Quizás eso fuera lo justo y necesario.

Y es que no tengo secretos, soy como un telediario, así me pasa, así lo cuento, pero porque se que los que leen esto me tienen cariño (de 1 a 10, al menos 5). Tampoco creo que deba tener secretos con los amigos.

Cuando comencé escribiendo estas cartas, tampoco pensé en llegar a doce. Al menos me has dado material para el blog. Si es la última, depende de ti, aunque cada vez menos.

domingo, 17 de agosto de 2008

¿Cual es el volumen de una vaca?

Ingeniero: Metemos la vaca dentro de una gran cuba de agua y la diferencia de volumen es el de la vaca.

Matemático: Parametrizamos la superficie de la vaca y se calcula el volumen mediante una integral triple.

Perito: Supongamos que la vaca es cuadrada…

Físico: Supongamos que la vaca es esférica...

Químico: Disolvemos la vaca en una solución de H2SO4, pesamos el resultado y medimos el volumen del líquido.

Informático: for (vaca=0;vaca

Biólogo: Buscamos la edad de la vaca en una gráfica estadística edad/volumen para esa especie.

Veterinario: multiplicamos la altura de la vaca por un factor que viene en el handbook de veterinarios.

Ganadero: ¿para qué coño quieres saber el volumen de una vaca?

Estudiante de la E.S.O: Kreo que se mide el bolúmen de la baka con un haparato de medir bolumenes. Hapruevame, va porfiii

Estudiante de bachillerato de la LOGSE: Facil. se dibide la masa entre la densidad de la baca. Pero no sale la densidad, faltan datos tio

Universitario español: Qué día dicto eso el profesor, no lo encuentro en los apuntes, xaval.

Estudiante de primaria de la LOGSE: PUES HEL BOLUMEN DELABACA NOSE DONDE HESTA ES UN HAPARATO QUE SE LO DABUELTAS Y ASI SUENA MAS FUERTE CUANDO LA BACA DICE MU

Geólogo: 4/3*pi*r3, donde r es la distancia media del centro de la vaca a la superficie, más o menos.

Paleontólogo: Se mide la longitud y sección del fémur y se sustituye en la tabla de Goldieff para mamíferos hervíboros.

Economista: Mira la partida de gastos que se va en el alimento que consume y multiplícala por un factor que depende de la especie animal, del año y del país en donde esté.

Carnicero: Pues se hace filetes, se venden y según el dinero ganado yo te diré lo grande que era.

Psicólogo: ¿Por qué quieres medir el volumen de una vaca?, porque es algo que no te lo piden en tus estudios, es porque tú quieres ¿no? ¿Qué es lo que te mueve a ello? ¿Estás desocupado, quieres demostrar algo ante los demás? ¿Ante ti mismo? Intenta ser sincero, te escucho el tiempo que haga falta.

Psiquiatra: La vaca con esas grandes ubres representa a tu madre, de la que siempre has estado enamorado. Al medir su volumen estás intentado buscarte a ti mismo, ya que en su día estuviste dentro de ella y formabas parte de ese volumen. En realidad tienes una fuerte crisis de identidad. Tómate esto tres veces al día. Si notas algún efecto secundario, llámame e interrumpe la medicación por si acaso.

miércoles, 13 de agosto de 2008

¡Oju, que jartura!

Hay días que parecen hechos a medida. Hoy, sin duda, es uno de ellos.

Pero a la medida de una pequeña atleta chinita, que a ella sí le habrá ido bien.

En mi caso, es uno de esos días en los que acabas harto de todo y de todos. El mundo se pone los guantes de boxeo y empieza a dar derechazos. Duelen, claro que sí, pero no matan. Lo único malo es que cuando empiezas a asomarte al mundo y recibes un golpe, al final acabas volviendo a recluirte en las profundidades de tu pequeña y oscura cueva.

Estoy harto de las malas memorias y de las pirámides de prioridades. Estoy harto de tratarte bien y de que me trates mal. Luego no hay maldad en ti… dices. Yo quería pedir deseos, y tu deseo era coger por otro camino. Estás empezando a atinar en esa parte de mí que quiere mandarte a la mierda.

Estoy harto de los monotemas que me taladran el cerebro cuando menos oxígeno inunda mis pulmones y mi cerebro. Harto también de los que hablan sin respirar.

Estoy harto de egoísmos inesperados, harto de rechinar de dientes cuando todo va mal, harto de obligaciones inesperadas y contradictorias, harto de que me mangoneen, de recibir órdenes.

Estoy harto de no tener trabajo.

Estoy harto de que me intenten imponer opiniones y de que lo relativo resulte absoluto.

Estoy harto de los cotillas que solo buscan la obtención de datos sin aportar soluciones. Eso no sirve para nada, solo para hacer ver que tienes un agujero en la capa de ozono de tu privacidad. Quizás algún día ayudaron, pero ahora solo sirven para tocar los huevos.

Estoy harto de los fallos sistemáticos.

Estoy harto de los aprovechados, de los señoritos que van buscando un esclavo suplente con el que satisfacer los deseos que no pueden cumplir cuando se encuentran solos. A esa gente no le importo un carajo y ellos no me importan a mí, pero las circunstancias hacen que uno no pueda correr dentro de un lodazal. A ellos va dedicado la mejor y mayor elongación del tendón que estira mi dedo corazón.

Estoy harto de no tener a mi lado a esa gente que me hace falta tan a menudo y que se encuentra tan lejos. Y gracias a los que sí que están.

En fín, mundo, perdóneme usted mi falta de prosa, mi falta de ritmo poético, perdóneme las palabras malsonantes y mis impertinencias, pero hoy estoy harto de ti.

sábado, 2 de agosto de 2008

Juego: 9 bolas.


Os propongo uno de estos juegos que, en realidad, son problemas matemáticos, estadísticos o simplemente de lógica.

Supongamos 9 bolas iguales. Bueno, casi iguales, pues una de ellas tiene un peso superior al peso de las 8 restantes, que sí que son absolutamente idénticas.

Queremos, con la ayuda de una balanza, averiguar cual es la bola con mayor peso. Para ello, se podrán realizar todas las pesadas en la balanza como deseemos, considerando que una pesada es cuando sitúamos las bolas con cualquier configuración, y comprobamos el resultado.

¿Con cuántas pesadas, como mínimo, se podría localizar la bola de mayor peso? Podemos realizar infinitas pesadas, pero la gracia reside en utilizar la balanza el menor número de veces. Si puedes explicar el procedimiento, mejor.

lunes, 28 de julio de 2008

Undécima carta: al borde de tu abismo.

Hoy no tengo ganas de hablar, ni de escribir, ni de cantar, ni de comer, ni de dormir. Hoy no tengo ganas de vivir en tu mundo, o en el mío adaptado al tuyo, que es el que últimamente me ocupa. Hoy me encuentro, por primera vez, al borde de tu abismo.

Es la primera vez que me freno en seco y miro atrás, hacia el corto camino que he recorrido. He mirado mis huellas y no me gustan, me veo las pisadas un poco raras, aunque las reconozco perfectamente porque las he visto antes persiguiéndome. En el camino veo un reguero de migajas de ilusión, puestas uniformemente y dejadas con mucho cariño. Veo, algo lejos, una piedra donde recuerdo que descansé, junto a una fuente de agua limpia y cristalina en la que me refresqué durante toda una noche. Recuerdo que al día siguiente todo eran fuerzas y ganas de seguir adelante, pero poco a poco vuelve a ir entrando sed.

Ahora me encuentro sediento, seco. Unos metros atrás había una fuente pero estaba vacía. Junto a ella otra mas, pero dentro vivía una serpiente muy venenosa, por lo que no me arriesgué. No compensa beber agua para vivir si a cambio te inyectan un veneno mortífero que hace posible que el cuerpo y el alma se autodestruyan… no conviene.

El camino transcurre paralelo a tu abismo, a la derecha, y a un jardín florido, a la izquierda. Me gustaría vivir en el jardín, pero poco a poco el camino va inclinándose hacia el lado derecho haciendo que el caminar se tambalee de una manera sucia y peligrosa. Cuando tienes fuerzas, se camina hacia delante. Cuando uno no tiene fuerzas, va acercándose cada vez mas al abismo, a tu abismo.

Si no cuidas mi camino, el próximo paso puede llevarme al fondo de tu abismo.

lunes, 21 de julio de 2008

Décima carta: en mi despertar.

Esta mañana tuve una revelación. No se ni cómo ni porqué, pero lo primero que pensé al despertarme (después de ver que tenía la mano dormida) fue en ti. Era una sensación extraña porque me agradó la idea de tener en mi mente tu rostro en los primeros compases del día, pero luego me acordé en la profunda tensión y nerviosismo que me proporcionas. Imagina como he pasado el resto del día.

No había movido ni un dedo de alguno de mis dos pies, cuando ya te había hecho ver que nada mas despertar me había acordado de ti.

Esta tarde escuché una frase que me impactó, y que vino al cuento en todos sus sentidos: “Cada vez que me despierto, pienso en ti. Esto significa una de las dos cosas siguientes: o me correspondes y me siento el mas afortunado del mundo por tener esa maravillosa sensación, o pasas de mi y entonces, querida amiga, estoy bastante jodido”.

Entendí perfectamente a quién lo dijo y sentí un escalofrío al verme mas jodido que maravillado. Luego la defensa activa de mi mente inició un escudo de energía verde que protegió mi mundo de los disparos paranoicos que procedían del interior.

Con esto solo quería expresarte como me he sentido hoy, como me he sentido en un día en el que he bebido de tu ausencia mas absoluta, de tu invisibilidad, de tu desaparición del mundo en el que habito. Con esto solo quiero cantarle a una pared, rezarle a un pagano y pedirle al sol que meta el agua en la nevera para que se enfríe. Quizás me esté volviendo loco de tanto pensar… un loco racional en la cola de irracionalidades, mientras la funcionaria de la ventanilla se lima las uñas, toma un café y le cuenta a su amiga por teléfono como se ligó anoche a su vecino del cuarto.

En fin, que me lío y no acabo. A ver si me despiertas con un poco mas de cariño cada mañana porque hoy ha sido un shock bastante gordo. A ver si me despiertas de esta pesadilla en la que vivo, a ver si al abrir los ojos te veo dormir. A ver si dejo de decir tonterías de una vez.

lunes, 14 de julio de 2008

Mi mejor colegio

Nunca fue Mundo Nuevo. Ni mucho menos el Asta Regia. Ni pensar en la Escuela de Ingeniería de Cádiz ni la de Sevilla, válgame dios. Mi mejor colegio lo forman días como el de hoy.

Siempre he sido buen estudiante, me ha gustado mucho estudiar y aprender, aunque me costaba mucho debido a mi personalidad tan pasiva. Sin embargo, al final, terminaba asimilando los conceptos básicos, los problemas aplicados y todo lo que se ponía por delante.

El día de hoy ha sido duro, pero ha tenido asignaturas importantes:

- Amistad. A diferentes niveles. Se demuestra amistad en los casos en los que, cuando peor te ves, una mano se tiende delante tuya. Un simple mensaje de atención, de interés, es señal de amistad, es señal de comprender que una persona que te importa lo mas mínimo puede estar pasando por un apuro.

¿Y qué decir de esa alma que siempre está ahí? No hace falta llamarla, no hay que buscarla, esa persona te encuentra. Y mira que cuando lo vi, la primera intención fue la de preguntarle “¿cómo estás?, me alegro de volver a verte fuera del hospital”, pero el habló mas fuerte y me dijo “espera, que te ayudo”.

De los demás poco tengo que decir.

- Hay personas a las que me gustaría ver mas a menudo y en otras circunstancias. Llámame loco, pero hay veces en los que se olvida quien soy yo y quien eres tu, y me entran ganas de saltar al vacío. Algún día lo conseguiré.

Y por otro lado… esperaba un poco mas de comprensión, pero es lo que hay y a joderse toca. Algún día podría ganarme tu cariño.

- Conexión. Esto parece una obra divina, pero justo cuando menos conexión parecía tener con mi entorno, cuando mas pasaba del resto de mi mundo, sucede algo que une, que apega, que me baja de la nube para recordarme porqué estoy aquí y porqué no puedo separarme de mis raíces. Sabia naturaleza.

Este examen solo sabe fortalecerme, pues matarme no me ha matado. La fuerza, espero, no se me irá por la boca.

sábado, 12 de julio de 2008

Novena carta: novena puerta.

Hoy, sinceramente, es un día frío. Es un día formado de varios días, pero todos fríos.

Me acosté en la cama pensando en el infierno que es vivir así. Cuando se me antojó apetecible, decidí salir a dar un paseo al cielo, a buscarte y darte candela. No se tu, pero yo tenía un calor agobiante. Te miré, me miraste, saltaron chispas apagadas.

El mundo de la chispa es apasionante. Para que se produzca una pequeña llama, las dos chispas que chocan deben ser del mismo color, es decir, no vale que una sea blanca y la otra negra porque solo producen humo, humo hipócrita, humo desleal, un humo de sonrisas forzadas por delante, y lágrimas por detrás.

Hablamos de abrazos, de corazones, de por vida,…, gracias, de nada, hasta luego,… pienso en ti.

No era un buen momento ni un buen día para hacer arder el cielo porque las nubes que pasaban por allí cargaban gotas de lágrimas para llorar sobre el mundo. Últimamente hacía buen tiempo pero hoy, precisamente hoy, tocaba llover.

Lo malo de la lluvia es que te mojas. Lo malo de mojarte es que te calas. Lo malo de calarse es que te llega hasta el fondo. Por eso busqué cobijo, primero en ti y luego contigo, pero al llamar no contestó nadie y tuve que mojarme bajo el quicio de la puerta, cerrada, tabicada, aunque insistas en convencerme de que me dejas una rendija abierta por si las moscas.

Gracias a dios, hace sol ahí afuera y se evaporan pronto las lágrimas. Menos mal que la antorcha no se ha apagado aun y puedo volver al infierno con la cabeza bien alta, pero te juro que un día, el más o el menos pensado, le meto fuego al cielo y nos quemamos tu y yo en el infierno mas celestial, aunque me pegue ocho veces con una puerta cerrada y consiga al fin entrar a tu corazón cruzando la novena puerta.

viernes, 4 de julio de 2008

Octava carta: a la octava maravilla

Ni vacío ni cuevas ni nada por el estilo. Ya veo el sol, lo que pasa es que alumbra demasiado para mi gusto, me provoca una ceguera muy extraña en la que veo cosas. Esas cosas duelen.

Estuve unas horas soñando que me sentaba contigo, que charlábamos, que nos reíamos. Soñé que te caí bien, que me gustabas, que te gustaba. Estuve soñando con tocar tu piel y tu pelo sedoso. Estuve soñando…

Dormir no es soñar. Soñar no es vivir. Vivir es duro de esta manera.

Cuando caí de nuevo dormido, tuve una pesadilla. Ya sabía yo que podía tenerlas, la estaba esperando, pero era tan real que me dolía demasiado. Primero soñé que te llamaba y que todo era diferente. Luego soñé que te despedías de mi risueña, como si disfrutaras diciéndome adiós. Al final, tuve que exiliarme de mi país, tuve que cruzar unas fronteras que ya había cruzado otras veces. Todo esto es por mi bien… consuelo de tontos, o de listos, quién sabe.

El día mas largo de la historia escribía sus líneas con tinta de desesperación sobre una hoja de ocupaciones mas forzadas que deseadas. No voy a decir que no me sirvieran, me sirvieron y mucho, pero al final se queda esa cara de tonto, la cara del último en enterarse de todo, la cara del que sale del cine sin entender el argumento del Sexto Sentido. Como estar jugándose una final de un mundial en los penaltis y dar la espalda al campo para no verlo… es absurdo.

Seguro que hoy has sido feliz, provocando mi desgracia mas profunda. Ayer te quise, hoy te odio, mañana deseo quererte desde la distancia. Solo tu pordiosero destino te contará el final de esta historia.

Y encima me haces escribirte una carta con un título que nada tiene que ver con lo demás.

lunes, 23 de junio de 2008

Séptima carta: séptimo cielo.

O parecido.

Estaba jugueteando con un reloj de arena al que le pesaba mas el culo que la cabeza, viendo como caían los pocos granos que quedaban arriba. Se amontonaban impacientes en el estrecho del embudo, deseando caer hacia la parte de abajo, conspirando para que mis lágrimas de esperanza se convirtieran en ácido que me derritieran.

Era al mediodía y seguía en mi vacío hablando con mi eco, esperando que alguna vez dijera algo distinto a lo que yo decía, pero el seguía en su idea fija.

Un susurro… Silencio. Me escuchaba los latidos del corazón resoplar con fuerza en mis tímpanos mientras mi pensamiento se distraía intentando acallar esa única perturbación. Luego pude oírlo, y me sonó a gloria, me sentí en el séptimo cielo, en lo mas alto de una pirámide de nubes que sostienen un castillo por encima de ellas. Quizás esto significaría que desde la ventana mas alta del torreón iba a salir de un momento a otro una larguísima trenza para permitirme subir. Una trenza de color oscuro y cabellos finos. Veo alguien en la ventana, pero de momento sigue espectante.

Por lo menos ya no me siento tan vacío, ya no siento tanta lejanía porque se que cuando quiera puedo estar ahí y tu aquí, aunque sea en un idioma recortado y muy efímero. No entran ahí todas las cosas que me gustaría contarte que he soñado.

Lánzame la trenza.

lunes, 16 de junio de 2008

Sexta carta: el vacío

Y al final llegó.

No se muy bien donde estoy ni como he llegado. Tampoco se como me las he ingeniado para llegar aquí… bueno esto sí lo se, es lo de siempre, pero el hecho es que aquí estoy.

¿Cómo describir esto? Pues no hay colores, no hay olores, no hay nada que poder tocar, nadie con quién hablar. Pensamientos sí, de esos tengo todos los que quiero y mas, y como son lo único que tengo, se vuelven contra mí, me chantajean de una manera muy cruel.

Llevaba ya un día en este vacío que iba a durar unos cuantos mas cuando se me ocurrió la idea de poder gritar. Un grito puede ser desgarrador, puede asustar a alguien. Normalmente un grito puede ser el anuncio de una muerte o la banda sonora de un sufrimiento. En mi caso, un grito fue la antesala de otro grito. Al menos no estaba solo, me acompañaba mi propio eco, y en cada una de esas repeticiones amortiguadas del sonido mis sentidos se centraron en escuchar que decían, pero hasta ahora siempre han acabado por ser humo.

Por eso estoy pensando en expulsar a mi eco del vacío para poder esperar un sonido de verdad, con su emisor y su receptor, como debe ser, sin que ninguna pared (¿tiene el vacío paredes?) me replique con voz de ultratumba lo mismo que yo acabo de decir.

Durmiendo no se piensan tantas tonterías.

sábado, 14 de junio de 2008

Quinta carta: el sol de un nuevo día.

Porque los milagros existen.

Porque eres una maravilla.

Porque te tengo miedo.

Sabía que tenías alas, que desprendías polvos mágicos y que eras capaz de hacerme pasar del aburrimiento a la máxima concentración. Porque mientras tu hechizas, yo te escribo cartas.

Lo que no sabía era que podías iluminar los caminos mas oscuros e impedir que se reflejaran sombras en las paredes. Las dichosas sombras… y tu las has eliminado de golpe. Primero una y luego la otra, iba viendo brotar tus palabras del manantial de mi esperanza, como saliendo un número tras otro en el sorteo de la tele mientras compruebo, atónito, que son idénticos al de mi boleto. Me falta la serie.

Con tu luz, se por donde camino, se como se mueven los pasillos de una gruta interminable. Ya solo me falta que me cojas de la mano para llevarme hasta la salida y así poder ver como brilla el sol de un nuevo día.

Porque contigo no te tendría miedo. Sin ti, temo que todo vuelva a ser un sueño inútil.

martes, 10 de junio de 2008

Cuarta carta: carta cuarta

Hola 8 Maravilla:

¿Te acuerdas cuando te pedí que me llamaras y me dijiste que lo harías? Pues no lo has hecho aun.

No pasa nada, no tienes porqué darte prisa. Dicen que sin prisa pero sin pausa, así que tu tranquilita, poco a poco, sin parar (pero hazlo ya!!!).

Puedo parecer impaciente, pero no quiero, me sale solo. El problema está en que te he dado mis ojos para que me veas cuando tu quieras y te he prestado mis oídos que, aunque siga teniéndolos yo, solo están espectantes a que suene la combinación secreta… luego los cantos de sirena.

Todo es tan fantasioso y volátil que se me escapa entre los dedos de las manos. Es una sensación agridulce, pues noto que te siento y siento que te escapas. Y aun no ha llegado el vacío. No se para que me dijiste nada.

Se que esta noche soñaré contigo porque, cuando yo duerma, tu estarás despierta y vendrás en un descansito a susurrarme algo, lo que tu quieras. Lo que sea. Con solo ver tus palabras.

¿Por qué no enciendes la luz y borras las sombras?

viernes, 6 de junio de 2008

Tercera carta: una nueva esperanza.

Como en la Guerra de las Galaxias.

Resurgiendo como el Ave Fénix, de las cenizas de la antorcha de mi mano derecha, hoy luce una llama, cándida y luminosa que guía mi camino por nuevos sentidos que espero que me lleven a tu vida.

La 8 Maravilla del mundo espera, aunque mientras se entretenga con otros menesteres, se que espera. Por eso tengo que llegar lo mas pronto posible para que, por mucho que espere, no desespere y sepa que estoy en camino.

Hoy veo el mundo un poco mas claro, con las paredes un poco menos sucias que ayer. Quizás las hayan lavado o a lo mejor directamente el que tenía la vista sucia era yo, y en lavarla me ocupo ahora.

Que sepas que hoy me encantas.

Ayer me regalaron (¡¡gracias!!) una canción que ayer quise asignarte a ti, y permíteme que ponga un trozo del estribillo:

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones.

Sencillamente genial. Permíteme que hoy solo vea las palabras blancas de esos versos.

jueves, 5 de junio de 2008

Segunda carta: Y bajando...

Veo sombras.

Cuando ando por los oscuros pasadizos de mi “auto entendimiento”, suelo poseer en cada mano una antorcha: una que ilumina y otra que sopla. En mi primera carta hacia ti, te escribía con la mano que eliminaba mi oscuridad. Esta carta se escribe con la otra.

Preferiría no saber escribir con las dos manos, solo con una, la que fuera, por lo menos sabría de que voy y no andaría con estos altibajos que me hacen vomitar en la montaña rusa que eres, pero tu hoy te has empeñado en esto.

Hoy me diste la de cal y la de arena. Nunca entendí esta frase. Se supone que la cal es la parte buena y la arena es la mala, la barata. Sin embargo la cal podría llegar a ser un símbolo de la muerte. Se echa cal encima de los cadáveres para que no decidan anunciar que están muertos por medio de ese olor nauseabundo al que huelo. No me gastes la broma, no me invites a ducharme, lo hago a diario pero el agua no cala bajo mi piel, por lo que la parte sucia, de donde procede el olor, sigue estando sucia y huele mal.

Hoy hemos hablado mucho y lo agradezco al cielo o al karma o a quien corresponda, pero no es justo que entre medias aparezca una frase del tipo “lo siento pero esta el aforo lleno”. No es justo. Te aseguro que no recuerdo nada de lo demás de lo que hemos hablado, solo me resuena esa frase una y otra vez. Para colmo, como la he leído, aparece en mi retina continuamente. No vale cerrar los ojos, seguro que se va a mi cerebro y sueño con ello.

En fin. Yo te prometí mil cartas, así que no sería justo que abandonara a la segunda, aunque ganas no me faltan, pero seguro que la amiga Mañana habla con la amiga Noche y desbancarán a la mala malísima Madrugada que me atormenta y me hace ver todo negro, muy negro desde que mi mano derecha agarra una antorcha medio apagada.

Y lo peor son las sombras.

lunes, 2 de junio de 2008

Primera carta

Querida niña:

Esta pretende ser la primera de las mil y una cartas que espero que recibas en mi nombre. Solo un adelanto: gracias por la idea.

Cuando las olas de tus mareas entraron en mi playa de esa manera tan pausada y nociva, lo único que sentí en mi interior fue una necesidad irrechazable de bañarme, de intoxicarme en las turbias aguas de una nueva historia que tuviera, por fin, un comienzo.

Poco a poco, día a día, esperanza a esperanza, veo tu verde aparecer por el bosque en el que anoche, soñé que me perdía. No estaba preocupado, los árboles me dejaron ver el bosque siempre y cuando fueras tú la que me lo mostrara. Agitaste las alas, desprendiste polvo de ángel y me quedé ciego.

Cuando desperté, solo vi arena y sol, sol y dunas, un espejismo de recuerdos y un sueño por volver a beber de tus palabras, ya fueran escritas o pronunciadas bajo un manto de hechizos que bloquean mi mente hasta tal punto de tenerme atado escribiéndote esta carta.

Es solo un comienzo, espero. No pongas fin a mi ilusión.

sábado, 3 de mayo de 2008

Te estoy mintiendo

Voy a contarte una trola, una mentira, y no pienses que se me ha ido la bola sino mas bien que pongo en tus manos mi vida.

Donde dije digo, ahora digo nada. Siempre ando buscando un hechizo, siempre creyendo en la magia de las hadas.

Cuando dije “oye”, en realidad quise decir, “mira”. No me leas lo que cuento, cuéntame lo que leo.

Ni contigo ni sin ti… ni en tu ausencia ni al vivir, que son antónimos. Yo prefiero no citarme, aun siendo causante de un texto anónimo, por eso de no enamorarme, que nos vamos conociendo y el que avisa no es traidor, pues el tiempo va tan corriendo que es imposible hablar de amor.

Quise hacer una poesía, pero no estaba inspirado, por eso no me he matado en pensar parábolas ni alegorías. Solo unas palabras escapan de mi, ni se de donde, pero si se que son debidas a ti y no pretenden ser las que se esconden.

Se que la culpa es mía, nunca debí ilusionarme, mas la simple idea de verte besarme, me lía; me asfixia, me propone, me pospone, me acaricia; me hace soñar, me hace temblar, me dice donde, como y cuando… en tus labios, con un beso, como dos niños jugando.


Y ahora voy a decirte la verdad.


Voy a contarte una trola, una mentira, y no pienses que se me ha ido la bola sino mas bien que pongo en tus manos mi vida.

Donde dije digo, ahora digo nada. Siempre ando buscando un hechizo, siempre creyendo en la magia de las hadas.

Cuando dije “oye”, en realidad quise decir, “mira”. No me leas lo que cuento, cuéntame lo que leo.

Ni contigo ni sin ti… ni en tu ausencia ni al vivir, que son antónimos. Yo prefiero no citarme, aun siendo causante de un texto anónimo, por eso de no enamorarme, que nos vamos conociendo y el que avisa no es traidor, pues el tiempo va tan corriendo que es imposible hablar de amor.

Quise hacer una poesía, pero no estaba inspirado, por eso no me he matado en pensar parábolas ni alegorías. Solo unas palabras escapan de mi, ni se de donde, pero si se que son debidas a ti y no pretenden ser las que se esconden.

Se que la culpa es mía, nunca debí ilusionarme, mas la simple idea de verte besarme, me lía; me asfixia, me propone, me pospone, me acaricia; me hace soñar, me hace temblar, me dice donde, como y cuando… en tus labios, con un beso, como dos niños jugando.

jueves, 24 de abril de 2008

Y yo que se... de los blogs

Hace ya tiempo que no publico nada en el blog… en el blog mas leído de la historia de todos los blogs*.

Desde Descartes hasta Jesús Quinteros, la historia del blog ha ido engendrando páginas y páginas de pensamientos, de capturas en momentos de felicidad y amistas, de poesías, de relatos, de chistes,… de mierda en general. El mío es peor aun que todos ellos, eso está claro, y al índice de audiencia me remito. A dios gracias que yo soy el director de mi cadena televisiva y decido cuando un blog debe dejar de existir y cuando no, y este no desaparece porque a servidor no le sale de la punta del catastro.

Cuando empecé con la idea de generar un blog, y recuerdo el momento perfectamente, me sentía como se sienten los que están deseando de llegar a casa y soltar una plasta enorme. La idea me pesaba en la cabeza mientras conducía mi Audi A4 por las calles de Pernambuco con la música de Camarón a todo volumen y las ventanillas bajadas para insistir a mis conciudadanos acerca de la importancia de que todos escucharan la música que yo, de manera unilateral, había elegido.

Como iba diciendo, llegué a casa y me acosté. Pasados varios días en los que solo me acordaba de la idea del blog cuando estaba en la otra punta del mundo o bajo dos pisos de hormigón, sin cobertura en el móvil, y sin una libreta y un lápiz/bolígrafo/portaminas/rotulador/pluma de gaviota/dedo embadurnado de sangre/spray de 1,80€ en Kanito/… conseguí al fin una idea, tan lamentable como un mono cargado de cubatas hechos a base de ron y de refresco de cola (aquí digo cola para quedar de guay y no darle publicidad a Coca Cola) y meando encima de su propio camastro. La idea consistía en escribir todas mis penas, penas producidas siempre por gentes que nunca era yo, por eso de subir mi autoestima y declarar culpables a los demás de todos mis errores y mis cagadas. Y sigo pensando que soy inocente de toda culpa, hasta de haber robado esos modelitos tan monos en el Kiabi mientras las cajeras y el vigilante de seguridad dormían la mona después de invitarlos gentilmente a unos refrescos de naranja (Fanta) aliñaditos con plomo. La persona que me vendió esa mezcla me aseguró que tarde o temprano despertarían, así que mi conciencia está tranquilísima.

Dicen que para escribir, previamente se ha debido leer un millón de libros, así que me dispuse a leer un millón de blogs. Como Google es tan cabrón como para encontrar un millón de blogs, no tuve escapatoria y empecé por el primero que me salió, y no estuvo mal. El segundo me cabreó un poco porque pensé que estaba leyendo otro blog del mismo autor. El tercero igual. El cuarto era una puta mierda, pero el quinto era igual que los tres primeros. Cuando el vigésimo séptimo me pareció del mismo autor, pensé que algo raro pasaba. Un día de verano, como el de hoy (porque ya estoy empezando a acordarme de mi amigo Sebastián (¿Qué pasa?, ¿nadie le pone nombre a su ventilador?)) entró un lechón volando por mi ventana y se posó encima de la tele, hizo un doble salto mortal, se enganchó con su pico en el botón On/Off del trasto de apariencia cuadrada, y lo apagó. Después de la retahíla de insultos que le regalé de manera gentil y continuada durante un largo rato, me mandó a callar dándome una torta que aun me duele, y me dijo: “¿Te acuerdas, pedazo de gilipollas, de cuando leíste los blogs y pensabas que eran todos del mismo autor?” Solo pude responder con un leve movimiento de cabeza… “Pues no es así mariconasso, es que todos los blogs son iguales, no importa quién lo escriba, que seguro que está copiando a alguien”.

Después de media hora de meditación y de repetir una y otra vez lo que ese pajarraco sucio y asqueroso me había dicho sobre los blogs, tuve que desistir e irme a la cocina a buscar un bocadillo hecho a base de pan de molde del Maxi Día y atún del Cantábrico, acompañado de un zumito, que hay que tomar fruta. Al volver, el pájaro seguía en la ventana diciéndome lo tonto que era hasta que, sacudido por un flash en mi cabeza, dije. “Jodeeeeeeeeeer!!!!” El pájaro se sintió orgulloso de haber cumplido con su objetivo, me miró expectante y escuchó: “El atún… ¿de qué animal lo sacan?... ¿es animal o pez?”

Todo lo que recuerdo es que me desperté con un fuerte dolor de cabeza, con olor a atún y con la entrepierna mojada. Cuando pude, me levanté y vi el atún regado por mi ombligo, el zumo en la cuenca torso-frontal de mis pliegues y mi dedo metido en un recipiente con agua tibia (maldito hijo de huevo!!).

Desde aquel día, la visión de un blog me recuerda al pájaro, a su mala leche y a los 19,90€ (20€, vamos) que me cobra mi psicoanalista por hora.

martes, 26 de febrero de 2008

Y al final ya ves...

Yo pensando en tocarte, y al final ya ves.

Yo que pensaba que era posible acariciarte, ¡¡y ya ves!! Aun sigo durmiendo en mi propia historia, la única que alguna vez existió, porque todo lo demás es imaginario. O mejor dicho, tu historia es otra, no coincide con la mía. Y ya van siendo muchos años que es así, aunque tu no eras tu, ni tu piel olía tan bien como la tuya ni tu pelo era tan bonito como el tuyo. ¡Que crueldad!, ¡esto es intolerable!

¿Recuerdas cuando te conocí?... la de veces que te hice reír y la de veces que quise hacerte llorar. Y tu seguías viviendo tu propia vida, de esa manera tan egoísta de la que haces gala con cada sorbo de rosa gramática, con cada cara risueña que se reía de todo, menos de mi. Aunque al final no fuese así.

Y es que esto no podía acabar de otra forma, estaba claro. La mejor forma de matar a alguien que no existe es clavándole una estaca en el corazón, y la mejor forma de acabar con su corazón es estacándolo de la peor manera posible: cuando mas duele.

Yo solo quería morirme de miedo contigo, asustarme cuando mi piel se erizara al rozar la tuya. Tan solo quería eso, no creo que sea pedir tanto, pero cuando se trata de mi, es pedir lo imposible.

Solo rezo para que no seas feliz, para que me extrañes en cada segundo de tu permanentemente conectada existencia, para que esa persona a la que crees querer te haga tanto daño que conmigo te sientas como en el cielo. Ya basta de hipocresía.

Solo quiero estar contigo… y al final ya ves.

viernes, 1 de febrero de 2008

El país de la pantomima

Lo periódico suele ser bueno, porque nunca deja “sabor a poco”, pero hay algunas cosas que no deberían volver a repetirse en determinadas circunstancias.

Una ciudad entera vive por una fiesta y para una fiesta. Allí todo vale, nada queda en un tintero que de vez en cuando se vuelca y lo mancha todo. Todo chiste tiene su límite de gracia y cuando sobrepasa dicho límite, se denomina “insulto”.

¿Por qué se insulta? Para ofender.

¿Por qué una persona puede querer insultar a otra? Pues por mucho motivos, entre ellos la envidia.

La autodeterminación no forma una estructura lo suficientemente consistente como para soportar una población acostumbrada a vivir fácil, a dormir mucho y a hacer un chiste de todo. ¿Y esto es malo? Lo es cuando uno no se toma en serio las cosas que requieren de un toque de seriedad notorio. Todo deriva en un pueblo parado, vago, desdichado y llorón, con unas lágrimas que mojan el papel donde tienen las instrucciones en las que viene detalladamente el “cómo salir adelante”. Pero no interesa esto. Que trabajen otros, que nosotros tenemos bastante con lo que tenemos, que es mucho.

En enero Navidad (¡¡la ciudad mas bonita con su alumbrado!!), en febrero Carnaval (chin tataratachin, la alegría de España), abril para la Semana Santa (¡¡ole mi Cristo!!) y llegamos a lo justo para el verano. ¡Qué mas da que trabajemos o no!, si tengo la playa a dos pasos de mi casa. ¡Qué alegría de estar parado!, así me bajo a la arenita a las doce de la mañana, me vuelvo a casa a las dos para comer y luego a dormir la siesta para coger fuerzas para estar tirado en el paseo con mi litrona y mis colegas. ¡Qúe bonito es ser gaditano! ¡Ole mi Cádiz!

No se hace justicia con Cádiz y su Carnaval, pues debería ser como el de Venecia. Faltan máscaras en Cádiz, faltan esos curiosos y opacos objetos con los que tapar el rostro de una ciudad que a fuerza de desgana está muriendo cada vez mas y naciendo cada vez menos. Una ciudad con influencia en la información, con capacidad para levantar a base de conveniencias a una provincia que solo ellos aman y desprecian, un equipo de fútbol sin carisma al que quieren convertir en una mascota de todos los gaditanos, cañaillas, portuenses, jerezanos, sevillanos, madrileños, valencianos,… porque “quién no quiere al Cádiz no quiere ni a su mare”. Si eso no es egocentrismo que venga quién tenga que venir y me diga “Tu sí que no vales”.

Y yo que quería hablar del Carnaval… De pequeño me hacían gracia las chirigotas, me emocionaban las comparsas y pasaba tres kilos de los cuartetos y los coros. Hoy, con mi medianera edad juvenil, no puedo por mas que despreciar una fiesta payasa que solo hace sentar las bases de una sociedad payasa que busca el aplauso fácil y el aluvión de palmaditas en su espalda. Una espalda que está como nueva de no doblarla para recoger un saco o limpiar un suelo.

¡Ojo!, que quiero dejar muy claro que esto solo es una compensación. Una compensación algo nula porque Canal Sur no me manipula el blog a su antojo a cambio de fama y reconocimiento (hasta dejan que una cadena de televisión les joda la tradicional fiesta por salir en la tele y que la gente les ría las gracias) y porque se que mi blog no lo lee ni el Tato (y no lo comenta ni las lombrices que viven en mi instentino*), pero bueno, tampoco quiero yo caer en esa búsqueda ansiada de reconocimiento porque lo que yo hago es algo totalmente despreciable (en ambos sentidos).

Sin embargo entiendo que Cádiz se divierta en estas fiestas. Siempre hubo un barrio de leproso y una isla donde se llevaban a los afectados, ¿por qué no iba a existir esta ciudad? Al fin y al cabo solo sirve para que una vez al año se convierta en un barreño de orín, botellas y mucha mucha mas mierda de la que suele tener a diario. Yo este año no pienso de ir.

*Esto no debería tomarse al pie de la letra. Es un secreto profesional entre mi médico y yo.

miércoles, 16 de enero de 2008

Esa absurda apariencia

Después del típico chiste de Nicanor sobre que no nos veíamos desde el año pasado, me senté en mi mesa de siempre por primera vez en este 2008. No obstante era una circunstancia no vivida antes, pues echaba de menos la compañía, echaba de menos el humo del enésimo cigarrillo encendido por cualquiera de las decenas de personas que allí podían reunirse. La explicación era sencilla, eran las diez de la mañana y El Café de Nicanor solo había existido para mi mente hasta entonces en la nocturnidad mas oscura y siniestra.

¿Tendrían café en EL CAFÉ de Nicanor?, la respuesta era… que no. No me había fijado hasta ahora, pero Nicanor no contaba con una máquina cafetera en su extremadamente ocupada barra. Me desconcerté, no tenía lógica, y se lo hice saber al propio Nicanor, le mostré mi enfado y mi repulsa ante el mal gusto de poner un nombre a un establecimiento que engañaba sin ningún escrúpulo a la clientela. Lo que pasa es que no puedo enfadarme con Nicanor.

Abrí el diario matinal, leí una masacre en el Líbano con soldados españoles heridos, leí sobre atentados, leí sobre crímenes pasionales,… y pensé que quizás era mejor dejar de leer, aunque seguí haciéndolo. A eso se le llama ser humano, pensé. Un wisky sin hielo voló hasta mi mesa acompañado de un cenicero y un Nicanor que se sentaba frente a mí y me miraba entre el espeso humo que salía de un puro habano de los que se regalan al Rey, al Rey y a Nicanor, pues nunca habla de ellos, pero sus constantes contactos con el personal mas refinado de los suburbios y trapicheos le habían otorgado una notoriedad social muy camuflada, pero a la vez muy notable, recibiendo regalos en forma de habanos, botellas de licor o incluso muchachas tan susceptibles de ser amadas, pero tan jóvenes, que Nicanor acababa dándoles un beso en la frente y veinte euros para que volvieran a casa en taxi. A buen corazón no le ganaba nadie, aunque el wisky que había plantado en la mesa y que presumía era para mi, había desaparecido dejando una copa ensuciada por el vacío. A tacaño tampoco le ganaba nadie.

Me fijé en una pareja de adolescentes que entraron en el bar. No tenían nada de especial, ella era rubia y bajita, el alto y moreno. Ella andaba con decisión y descaro, el iba arrastrándose al ritmo de los pasos de la fémina. La típica pareja. Pero, ¿qué pintaban en Nicanor? Se sentaron en una mesa del fondo, a la sombra de la ausencia de una luz cotilla y reveladora, ella primero y el después, sin gesto caballeresco, sino mas bien con ánimas de ser el falderillo de los deseos de la chiquilla. Intentó cogerla de las manos y ella dejó una y soltó la otra. Miré a Nicanor, me miró a mi y esbozó una leve y sobria sonrisa que llegó a molestarme porque parecía ser el único indignado porque dos niñatos estuvieran en un lugar tan inapropiado, en un templo sagrado de la bohemia y el vicio. Y allí estaban esos dos tórtolos imbéciles, con sus sonrisas imbéciles y sus ropas adolescentes.

Cuando Nicanor se empezó a incomodar con mi propia incomodidad ante tal absurdo dúo de imberbes, me dijo:

- ¿Tienes algún problema? - , sin dejar de mirar la copa y sin haber sacado el habano de entre sus dientes.

- Si…no… no se - , dije intentando pasar del tema.

Tras un pequeño gran silencio, comenzó a hablar:

- Ella tiene 15 años, el tiene 21. Son tan distintos que se adoran. El es el sobrino de mi compadre. Ese chico lleva tanto tiempo detrás de ella y me recuerda tanto a mí, que no tuve mas remedio que echarle una mano. Cuando la familia y los amigos de ella se enteraron, lo amenazaron y le prohibieron verla. Llevan tres meses viniendo puntuales a las diez de la mañana, se sientan, no piden nada porque no puedo ofrecerles nada, se llevan ahí media hora y se van. No se si se fuman clases, ni se de que van, pero me divierte ver como al final ese chico lo ha conseguido.

- Que bonita historia de amor, al final resulta que vas a salirme maricón y todo – le dije con sarcasmo.

En realidad todo aquello era mentira, no se porqué lo sabía. Ese chico estaba mintiendo a todos para quedar con ella, estaba pasando de todo su mundo por ella, y ella pasando de todo, hasta de él. Si el ser humano es estúpido, si encima es adolescente, puede llegar a ser gilipollas, puede llegar a creerse el ombligo de un mundo que hace tiempo paso a toda velocidad por donde él está pasando ahora a paso de tortuga. No se quién coño se ha creído, no se quién le ha autorizado a pensar que es alguien puesto que no llega a ser ni media mierda. Pero todos fuimos lo que es él ahora y al final tampoco hemos llegado tan lejos ni hemos conseguido nada en especial.

Quizá será mejor dejarlo por ahora y esperar a que llegue la noche para que Nicanor pueda llegar a convertirse en el mundo tan asqueroso que tanto nos gusta.