martes, 26 de febrero de 2008

Y al final ya ves...

Yo pensando en tocarte, y al final ya ves.

Yo que pensaba que era posible acariciarte, ¡¡y ya ves!! Aun sigo durmiendo en mi propia historia, la única que alguna vez existió, porque todo lo demás es imaginario. O mejor dicho, tu historia es otra, no coincide con la mía. Y ya van siendo muchos años que es así, aunque tu no eras tu, ni tu piel olía tan bien como la tuya ni tu pelo era tan bonito como el tuyo. ¡Que crueldad!, ¡esto es intolerable!

¿Recuerdas cuando te conocí?... la de veces que te hice reír y la de veces que quise hacerte llorar. Y tu seguías viviendo tu propia vida, de esa manera tan egoísta de la que haces gala con cada sorbo de rosa gramática, con cada cara risueña que se reía de todo, menos de mi. Aunque al final no fuese así.

Y es que esto no podía acabar de otra forma, estaba claro. La mejor forma de matar a alguien que no existe es clavándole una estaca en el corazón, y la mejor forma de acabar con su corazón es estacándolo de la peor manera posible: cuando mas duele.

Yo solo quería morirme de miedo contigo, asustarme cuando mi piel se erizara al rozar la tuya. Tan solo quería eso, no creo que sea pedir tanto, pero cuando se trata de mi, es pedir lo imposible.

Solo rezo para que no seas feliz, para que me extrañes en cada segundo de tu permanentemente conectada existencia, para que esa persona a la que crees querer te haga tanto daño que conmigo te sientas como en el cielo. Ya basta de hipocresía.

Solo quiero estar contigo… y al final ya ves.

No hay comentarios: