martes, 15 de septiembre de 2009

Real como mi vida misma...

¿Por qué me pongo tan triste cuando pienso en aquellos días?¿Será que añoro la felicidad pasada? Lo cierto es que fuí feliz. Me pasé el tiempo estudiando como un imbécil, hasta sacar el curso, mientras te amaba como si nada mas importara en el mundo. ¿O será por lo que mas tarde descubrí , por la sombra que ese descubrimiento tardío arroja sobre aquellos días del pasado?

¿Por qué? ¿Por qué lo que fue hermoso, cuando miramos atrás, se nos vuelve quebradizo al saber que ocultaba verdades amargas? ¿Por qué se oscurece el recuerdo de unos meses felices de matrimonio cuando nos enteramos que el otro tuvo un amante durante todo ese tiempo? ¿Acaso porque en semejante situación no se puede ser feliz? Y, sin embargo, ¡era feliz! A veces un final doloroso hace que el recuerdo traicione la felicidad pasada, aunque no haya llegado aun ese final, ¿o sí?. A lo mejor es que la única felicidad verdadera es la que dura siempre. Porque sólo puede tener un final doloroso de por sí, aunque no fuéramos conscientes de ello, aunque lo ignorásemos. Pero un dolor inconsciente e ignorado... ¿es dolor?