martes, 26 de junio de 2007

Palomitas Ibéricas

El cine es un arte, el séptimo arte lo llaman, pero es mucho mas que un conjunto de conocimientos e ideas artísticas, es el mundo paralelo y artificial que a los humanos nos gustaría plasmar en el mundo real.

Cada país, por citar la división culturalmente cinematográfica mas clara que se puede comprobar, tiene una forma de entender esta impostura del ser humano en su vida, este deseo por convertirse en otro que no existe. Los métodos para conseguirlo, las formas, las imágenes, la música, los diálogos,… todo es distinto en un cine libre de globalización, es decir, ideal.

España es un país indefinido en la cultura cinematográfica. Al menos ahora sí. Hace unos años, una película española desataba los deseos mas ardientes de las calenturientas mentes de los directores de aquí, relatando los sueños e ilusiones de la España de entonces cuando este país se vio invadido por miles de ordas de rubias turistas suecas, que poblaban las playas con su frío desparpajo, chocando con el fervor ibérico. Fue, quizá una época dorada en el cine español, así de triste.

Actualmente, se intenta imitar el estereotipo de cine americano dolariense, el que da taquillas, el que no vale un pimiento y solo se preocupa de procurar que la película sea la primera de una saga donde la primera y la segunda sobran porque todo se cuenta en la tercera, pero con las que se obtienen pingües beneficios. El cine español de hoy es un mono, es un mal payaso acabado que copia los chistes del monologuista americano de moda. Esto solo hace posible que la relación entre la fábrica y el cliente sea la mas débil y fría desde que se inventara dicho arte como tal y como negocio.

Lógicamente, cuando una pareja simbiótica de necesidad dudable unilateralmente no funciona, el problema lo tienen los dos, los componentes de la pareja. No obstante, el cine español del año 2007 se empeña en culpar de sus agravios al espectador, acusándolo de elegir las películas foráneas al producto bruto nacional. Para ello, la solución es la de exigir a las salas multicines la reserva de un porcentaje mínimo de salas para el cine hispano, desechando así el resto de películas y obligando casi, a que las demás salas solo se dediquen a las grandes superproducciones monetarias y épicas, que lapidan cada día mas al exquisito cine de autor. Humilde, natural, fresco,… y en poco tiempo, muerto.

Ya tartamudea Resines de euforía, ya se le erizan los pezones a la Verdú de pensarlo, ya se dilatan los directores anos de Amenábar y Almodóvar. Lástima que tengamos que pensar “gñé” los espectadores ante tal medida, obligados a soportar bazofias impuestas a base de bien. Gracias internet, por posibilitar que mi dinero se quede en la saca, sin que tenga que ir al bolsillo de los dictadores artísticos mas listos y puñeteros, amén de la SGAE.

6 comentarios:

Xavi Vragas dijo...

Al cine español hay que mirarlo con otros ojos ...

dariadanti dijo...

A veces no hay ojos que sean capaces de mirarlo...y mira que me gusta mucho para bajármelo y verlo desde mi cama.

Tipp-Ex dijo...

pero tu que buscas en una peli?
yo una saga que no me haga pensar cual tengo que ver y cuanto mas larga mejor,asi me tiro mas años sin pensar...
matrix...el señor de los anillos...rocky...terminator....spiderman...

dariadanti dijo...

Una saga que te haga ver la primera parte justo antes de la segunda porque no recuerdas de que iba después de dos años de espera.

Quiero ver películas originales, no pseudocopias de unas a otras. Normalmente el cine español copia el cine americano en casi todas sus vertientes.

Félix Vida dijo...

Yo quiero ver peliculas con voz en OFF. Simplement eso

dariadanti dijo...

O la película esa que Tarantino dijo que iba a hacer en chino mandarín.